Ana María Paredes Hinojosa, de 22 años, admitió haber matado a su amiga Miriam A.Q., de 50 años, y fue sentenciada a 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, en Palmasola, Santa Cruz.
Según las investigaciones, la víctima le había prestado a su amiga 40 mil bolivianos. El viernes 7 de octubre, Ana María se encontró con Miriam para hablar de la deuda y le aseguró que ya tenía 20 mil bolivianos guardados en su habitación y que iba a entregárselos en cuanto lleguen al inmueble donde vivía en alquiler en la calle Toborochi.
En el lugar, la joven le pidió que le firme un documento donde aceptaba la devolución de 20 mil bolivianos, pero estaba engañándola porque luego le dijo que no tenía el dinero y que le espere hasta fin de año. Miriam se molestó y la amenazó con denunciarla.
Ana María la empujó y la asfixió con dos almohadas. Puso el cuerpo de su amiga en bolsas de yute y en una cesta. Jorge Martín G.Y., un taxista que tenía una relación sentimental con la ahora sentenciada, reportó el crimen a la Policía. Él fue enviado preventivamente a prisión por presunta complicidad en el asesinato.
Miriam estaba desaparecida desde el viernes 7 de octubre. Ese día, salió de su hogar muy temprano, cerca de las 06:00, con destino al mercado de abasto. La Policía encontró el cuerpo el 11 de octubre, cuando se conmemoraba el Día de la Mujer Boliviana.
La habitación de Ana María estaba desordenada. Sobre la cama había una mano “e tacú” (mortero de madera para moler granos y otros alimentos) que presuntamente fue usada durante el hecho de sangre.
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