Un grave robo sacudió a la comunidad de Oruro este miércoles, 27 de agosto de 2025, cuando delincuentes ingresaron a la iglesia colonial Santa Bárbara de Sepulturas y sustrajeron valiosas piezas religiosas, entre ellas la corona de la Virgen, candelabros de bronce y otros objetos de gran valor patrimonial.
La iglesia, un símbolo de la fe católica en la región construido hace siglos, resguarda elementos que forman parte del acervo histórico y cultural de Bolivia.
Según la denuncia presentada por los cuidadores del templo, los ladrones forzaron la puerta principal de madera durante la madrugada para acceder al recinto y apoderarse de las piezas.
“No se llevaron cualquier cosa, se llevaron parte de nuestra historia”, expresó uno de los encargados, visiblemente afectado por el robo.
Los objetos sustraídos, de data antigua, no solo tienen un alto valor económico, sino también un profundo significado espiritual y cultural para la comunidad devota.
La iglesia estaba bajo la custodia de dos personas, quienes descubrieron el hurto en la mañana y alertaron de inmediato a las autoridades. Vecinos de la zona manifestaron su preocupación, sugiriendo que el robo podría estar vinculado a una banda organizada dedicada a la comercialización de piezas religiosas en el mercado negro.
Efectivos de la Policía Boliviana y de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) se trasladaron al lugar para iniciar las investigaciones y recolectar evidencias. Aunque el templo no cuenta con cámaras de vigilancia, las autoridades confían en que huellas dactilares, testimonios y otros indicios permitan identificar a los responsables.
El director departamental de la FELCC de Oruro, Aldo Morales, señaló que se están realizando operativos en la zona y revisando posibles conexiones con redes de tráfico de bienes patrimoniales.
La Diócesis de Oruro expresó su consternación y anunció que evalúa medidas para reforzar la seguridad en los templos coloniales de la región, incluyendo la posible instalación de sistemas de vigilancia. Además, hizo un llamado a la población para que denuncie cualquier oferta de objetos religiosos antiguos en mercados o plataformas sospechosas.
El robo ha generado indignación entre los feligreses, quienes temen la pérdida irreparable de piezas que han acompañado las tradiciones religiosas durante generaciones.
Este incidente pone en evidencia la vulnerabilidad de los templos históricos en Bolivia y la necesidad urgente de proteger el patrimonio cultural del país.
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